Una nueva investigación dirigida por Arantza Barrios, del Colegio Universitario de Londres,
ha descubierto que los individuos masculinos del nemátodo Caenorhabditis elegans presentan dos neuronas más que sus homónimos hermafroditas (en esta especie no hay hembras). Al estudiar más en detalle el fenómeno, hallaron que estas células (que han sido bautizadas como "células masculinas misteriosas") sólo se desarrollaban en los machos que habían alcanzado la madurez sexual, y que estas células se encargan de que los gusanos prefieran el sexo a la comida.