Existen a lo largo de selva amazónica del oeste de Perú unos misteriosos espacios de tierra ocupados casi en exclsuiva por una única especie de árbol, Duroia hirsuta. Los habitantes locales los llaman “jardines del diablo”, y atribuyen su origen a espíritus malignos. Un estudio llevado a cabo por biólogos de la Universidad de Stanford han descubierto que las artífices de estos jardines son las hormigas de la especie Myrmelachista schumanni, que viven en las ramas de los árboles de Duroia hirsuta y que envenenan con ácido fórmico a todas las plantas excepto a su anfitrión.