Un estudio de Kaeli Swift y John Marzluff publicado en la revista Animal Behaviour, muestra que los cuervos se fijan en sus congéneres muertos como un medio con el que adquirir información valiosa para su propia seguridad. “Es una oportunidad de aprendizaje a largo plazo”, afirma Swift. “Saber que tienes que llevar cuidado en un lugar concreto es algo valioso”.